Volvió el debate por el trigo transgénico

 

La polémica por la aprobación del trigo HB4 resistente a la sequía retornó hoy con fuerza en la primera jornada del ciclo A todo Trigo que organiza en forma virtual la Federación de Acopiadores.

“Me he ocupado en contestar tus cartas documento”, le dijo en tono irónico el subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Javier Preciado Patiño, a Daniel Asseff, asesor de la Federación de Acopiadores y moderador de una de las charlas, adelantándose a la pregunta sobre la variedad transgénica del cereal que desarrolló la empresa argentina Bioceres. Asseff le preguntó al funcionario sobre el destino de la producción del cereal por 20.000 toneladas en caso de que Brasil, el principal destino de las exportaciones de trigo argentino con el 40% del mercado, no autorice su importación.

“Hay marcos regulatorios que se cumplen y hay una preocupación general para que funcionen bien, hay que llevar tranquilidad”, respondió Preciado Patiño. “Pasó lo mismo con la soja HB4 (resistente a sequía) que tiene una autorización condicional hasta que lo aprueba China y, que sepamos, no hubo ningún problema”, añadió. “En última instancia, será el productor argentino el que decida si le conviene o no adoptar la tecnología”, dijo. En tanto, Aseff respondió que en la actividad “hay preocupación por la posibilidad de que se castigue al trigo argentino” en los mercados de exportación que no autorizan la variedad modificada genéticamente. El contrapunto sobre el HB4 se extendió en la segunda charla con representantes de la cadena del trigo.

“Es una locura aprobarlo, los compradores no quieren trigo transgénico. Nos han tratado de terroristas, pero no tenemos una sola objeción con la tecnología ni contra una empresa argentina que cotiza en el Nasdaq (por Bioceres)”, dijo Fernando Rivara, directivo de la Federación de Acopiadores. “No nos alcanza con lo que diga el gobierno de Brasil, los molinos brasileños han dicho que no lo querían y comprarían en otro lugar”, añadió. “Hay un riesgo altísimo, puede ocurrir que las cosechadoras no se limpien bien y haya contaminación”, alertó. “Uno habla de televisores y otro de macetas”, ironizó, en referencia a la controversia.

Defensa.

La respuesta estuvo a cargo del director ejecutivo de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), Alfredo Paseyro, quien respaldó el marco regulatorio de los materiales desarrollados con biotecnología. “Innovamos dentro de los marcos regulatorios, las empresas damos trabajo con ellos”, dijo. “La innovación adelanta el futuro”, añadió y explicó que China anunció recientemente la siembra de siete cultivos transgénicos. “Y se decía que China nunca los iba a aprobar”, recordó. “Nosotros hablamos de televisión y de Netflix”, dijo Paseyro.

En octubre del año pasado, el Ministerio de Agricultura aprobó en forma condicional la siembra del trigo desarrollado a partir de un descubrimiento de la Universidad Nacional del Litoral sobre un gen del girasol capaz de hacer soportar a los cultivos condiciones de estrés hídrico. La firma a cargo del desarrollo, Bioceres, anunció un programa de siembra con el concepto de identidad preservada por la cual la propia compañía sería responsable desde el origen hasta la cosecha, para evitar que ingrese en el circuito comercial. En ese momento informó que tenía 6000 hectáreas de trigo HB4 sembradas.

Antes, había solicitado en Brasil, como lo hizo en la Argentina, la autorización de la siembra del trigo HB4. La CNTbio, organismo regulador del país vecino en biotecnología, comenzó con el proceso de audiencias para considerar su aprobación. En tanto, los acopiadores y exportadores argentinos expresaron que la industria molinera brasileña, representada por Abitrigo, expresó su rechazo al cereal modificado genéticamente.







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